Asociación para el Desarrollo Rural Integral
de las tierras del Jiloca y Gallocanta

Señorío de Molina

Músicos

Checa

La referencia a Checa, y al Señorío de Molina en su globalidad, se hace aquí obligada, dado el contacto geográfico y sociocultural entre comarcas vecinas y el papel que en lo musical jugaron ciertas tradiciones y algunos musicos. 

Hasta bien avanzada la posguerra, los músicos ciegos fueron muy importantes en estas tierras, siguiendo unas reglas bien establecidas en la sociedad de la época. En la parte aragonesa que linda con Guadalajara se recuerdan músicos ciegos como el citado Ciego de Blancas, o como Martín de Cubel, cantante; Moisés de Monreal, que tocó el acordeón entre 1950 y 1967; e Isidoro Vicente, el Ciego de Gallocanta, guitarrista. Y en el lado de Castilla hubo dos agrupaciones muy destacadas, por su vitalidad y su entusiasmo por la música, que ejercieron una fuerte influencia en los pueblos limítrofes de nuestras provincias, e incluso más allá. Nos referimos a los Ciegos de Morenilla y a los Ciegos de Checa; éstos últimos en especial desarrollaron buena parte de su vida musical en tierras aragonesas, llevando el baile antiguo y el sonido de la cuerda por muchos de nuestros pueblos.

Los Ciegos de Checa era el sobrenombre de dos hermanos músicos de aquella localidad, Tomás y Ernesto Bugeda Arrazola, de la familia conocida como los Sastres. Tomás (1914-1998)  quedó ciego hacia los dieciocho años de edad, y fue un destacado intérprete de violín, mandolina, guitarra y laúd. Formó en Checa un grupo de alto nivel, ejemplo de clase y entrega a la música. Tomás se dedicó a la enseñanza de música en los pueblos de la cordillera y de la comarca de Gallocanta (Blancas, Torralba de los Sisones, Tornos... en los que pasaba todo el invierno enseñando música y tocando), y llegó a ser requerido en Tauste y otras localidades de renombre musical para conjuntar a rondallas y orquestas. Como director de la Rondalla de Tauste alcanzó un alto prestigio, al ganar ésta el primer premio del concurso de rondallas de Zaragoza.

Ernesto Bugeda (1917-1994), hermano de Tomás, también perdió la visión en su juventud, y se dedicó a tocar el laúd. Como Tomás, se desplazaba sin problemas por el pueblo y fuera de él. Juntos tocaron en numerosos pueblos, y mantuvieron vivo un repertorio que, desde los años 50, era conocido entre el auditorio como de baile viejo.

En los años 50, tocaban Ernesto y Tomás con Eugenio Cercenado Arrazola (n. 1932) y algún otro joven acompañante. Sus actuaciones anuales en las fiestas de Checa, Molina y los pueblos de la laguna de Gallocanta eran citas importantes a las que no se debía faltar; varios músicos mayores nos han explicado cómo el ir a escucharlos en sus actuaciones, especialmente las que hacían en Molina, era lo más preciado para ellos.

Embid, Tortuera

En Embid (Guadalajara) hay una larga tradición de tañedores de laúd, guitarra y bandurria. Primitivo Martínez (n. 1925), José Rillo (n. 1928) y Saturnino Rillo (n. 1910) nos han explicado detalles de su actividad musical, mantenida durante décadas. Anteriormente también tocaban con ellos dos hermanos, Benigno y Balbino Rillo. Primitivo y Saturnino, con laúd y guitarra respectivamente, eran los que solían hacer el baile en el pueblo; su repertorio de polcas, mazurcas y valses se completaba con piezas de ronda. Con ellos se juntaba a veces el violinista de Tortuera, Alejandro.

© ADRI & grupo musical Lahiez

© Manuel Sánchez, 2000-2008

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