Asociación para el Desarrollo Rural Integral
de las tierras del Jiloca y Gallocanta

El ciclo anual

El calendario

En las sociedades tradicionales, el carácter cíclico del tiempo establece un ritmo característico, condiciona las tareas y configura un calendario. El año es un concepto que se hace referente fundamental para el funcionamiento socioeconómico y cultural; es la unidad sobre la que se valoran los logros y las dificultades.

Un año bueno y un año malo se diferencian a veces entre sí con claridad; en otras ocasiones sólo varían en pequeños detalles. En todo caso, uno y otro denotan siempre la relación estrecha que hay entre las labores del campo y las fuerzas de la Naturaleza. Para ayudar a que el periodo anual cumpla con lo que se espera de él, las comunidades humanas han establecido a lo largo del tiempo un complejo sistema de ritos y celebraciones, que pueden tener una fecha fija (equinoccios, solsticios...), una fecha móvil o convocarse en función de la situación (rogativas).

Baile en Bádenas

El ciclo del año varía entre unos lugares y otros en función de sus condicionantes naturales (altitud, relieve, hidrografía, clima, vegetación) y de sus aspectos socioculturales (población, actividades laborales, etc.). También ha variado a lo largo de la historia, al ajustarse a las características de cada periodo. En los tiempos recientes, muchas costumbres tradicionales se han perdido o transformado, al haber cambiado las formas de vida de vida y las relaciones sociales en general.

En fecha muy lejana, el Venerable Beda afirmó que la división del tiempo la establecen: 1) la Naturaleza; 2) la costumbre; 3) la autoridad. El Estado y la Iglesia católica, en nuestro entorno, confirmaron aquel enunciado al ensamblar sus años jurídico-civil y litúrgico con el ciclo natural y el calendario popular. Así apareció el año del santoral, en el que cada fase anual va asociada a unos ritos y a unas festividades concretas. La labor de cristianización de las costumbres paganas fue muy larga, y aún durante el papado de Pío V (n. 1504-m. 1572) constituía la principal acción de la Iglesia.

La sociedad rural siempre ha albergado cierta heterogeneidad en su seno; diferentes estatus sociales, distintas actividades laborales (agrarias o ganaderas, fundamentalmente), le dan un carácter variado y lleno de matices. Un mismo hecho folklórico varía de un lugar a otro en función de las características sociales de cada uno.

A efectos de las manifestaciones de tipo folklórico, el ciclo anual puede ser visto como un ciclo festivo. La fiesta es pública y alegre (en el sentido estricto del latín festivus), aunque históricamente ha quedado englobada y articulada dentro del año litúrgico, más bien sagrado y solemne10.

Julio Caro Baroja, entre otros autores, explicó cómo la base del calendario popular viene a ser la misma para toda Europa. Este hecho se ha destacado en muchos estudios sobre el Carnaval, pero no se suele plantear para las tradiciones del resto del año. Para Caro Baroja, sin embargo, las semejanzas se agudizan en las manifestaciones populares del verano, y están presentes a lo largo de todo el año. Lo general se sobrepone a lo particular, y de ese hecho se ha valido el pueblo para conservar su patrimonio cultural tradicional por encima de todo tipo de imposiciones.

© ADRI & grupo musical Lahiez

© Manuel Sánchez, 2000-2008

 

NOTAS A ESTE APARTADO

10.   Véanse las pp. 11 y ss. de El Estío Festivo, de J. Caro Baroja

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